lunes, 20 de diciembre de 2010

EL FIN ES EL PRINCIPIO

La clásica forma de vida de las personas, obliga al individuo al olvido inconsciente del principio y  fin de sus actos. Cuando crees que ya todo terminó, el inicio de otro camino te espera. Está en ti seguir, quedarte, retroceder o tomar otro camino. Esa es la vida…

¿Te has puesto a pensar en las etapas de tu vida? No en esas en la que te califican de niño, adolescente, puberto, joven, adulto o anciano, esas no la notamos a menos que nos pregunten o nos miremos en un espejo. Aquellas que sí podemos definir nuestras etapas, propias, o cómo dicen por allí “mías de mi”, esas son las que cuentan y contarán en nuestra vida. El colegio, la promoción, la secundaria, el primer amor, el primer engaño, la muerte de alguien, serán, quizá, los márgenes entre una y otra etapa.

Recuerdo cuando ingresé a la universidad, busqué mi nombre en la lista, y como estaba por mérito, lo busqué de abajo hacia arriba, me asusté al no encontrarlo en los finales, subí y subí y allí estaba, me alegré, quise gritar y decir ¡sí!, miré a mi alrededor, no vi una cara conocida, callé, salí, busqué un teléfono, marqué: la emoción se acabó, hablé con mi madre, se emocionó, hablé con mi padre “entrar

es fácil, terminar lo difícil”, dijo, me nublé, silenciosamente pregunté: ¿Cómo, no te alegras?, más después comprendí, que era cierto: me faltaba mucho por hacer.

Hoy termino la universidad, creí llenarme de alegría, pero  no: me falta mucho por hacer. Es el principio del camino, de la libertad, de mantenerme: ahora si en serio. ¿Trabajar?, desde hace mucho, pero sin motivos serios, ahora el papel de adulta no es una fantasía.


A mis 23, la vejez me llama, mis sentidos se agudizan pero se cansan, hay ganas pero  poco tiempo… Paciencia piden…recién empiezas…camina lento pero seguro, dicen otros.

Principio o término, el camino se tiene que trazar…una nueva etapa empieza...¿ya estas cansada?

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